El año 2025 será crucial para el sector energético y de recursos naturales a nivel mundial. El conflicto entre Rusia y Ucrania, el alto el fuego en Gaza y la próxima cumbre COP30 en Brasil —crucial para la política climática— configuran un panorama incierto. Mientras tanto, el inicio del segundo mandato de Trump, con medidas tempranas en materia de guerra y aranceles comerciales, ha añadido nuevas capas de tensión geopolítica.
En este complejo contexto, las empresas energéticas se enfrentan a decisiones difíciles sobre la asignación de capital en combustibles fósiles e inversiones bajas en carbono. Tras una actividad récord de fusiones y adquisiciones en los últimos 18 meses, la consolidación entre las grandes petroleras se mantiene sólida y pronto podría extenderse a la minería. Al mismo tiempo, el auge de los centros de datos y la inteligencia artificial impulsa una demanda urgente de electricidad limpia las 24 horas, lo que requiere un sólido apoyo político.
Estas son las cinco tendencias clave que darán forma al sector energético en 2025:
1. La geopolítica y las políticas comerciales están transformando los mercados
Los nuevos planes arancelarios de Trump representan una amenaza sustancial para el crecimiento global, ya que podrían reducir la expansión del PIB en 50 puntos básicos, situándola en torno al 3 %. Esto podría reducir la demanda mundial de petróleo en 500 000 barriles diarios, lo que equivale aproximadamente a medio año de crecimiento. Mientras tanto, la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París reduce las posibilidades de que los países aumenten sus objetivos de contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC) antes de la COP30 para retomar el camino hacia el objetivo de 2 °C. Aunque Trump prioriza la paz en Ucrania y Oriente Medio, cualquier resolución podría aumentar la oferta de materias primas y deprimir los precios.


2. La inversión aumenta, pero a un ritmo más lento
Se prevé que la inversión total en energía y recursos naturales supere los 1,5 billones de dólares en 2025, un 6 % más que en 2024, un nuevo récord, aunque con un crecimiento que se ha reducido a la mitad del ritmo observado a principios de esta década. Las empresas están actuando con mayor cautela, lo que refleja la incertidumbre sobre la velocidad de la transición energética. Las inversiones bajas en carbono aumentaron hasta el 50 % del gasto energético total en 2021, pero desde entonces se han estancado. Alcanzar los objetivos de París requerirá un aumento adicional del 60 % en dichas inversiones para 2030.
3. Las principales petroleras europeas trazan su respuesta
Mientras los gigantes petroleros estadounidenses utilizan la solidez de las acciones para adquirir empresas independientes nacionales, todas las miradas están puestas en Shell, BP y Equinor. Su prioridad actual es la resiliencia financiera: optimizar las carteras mediante la desinversión en activos no esenciales, mejorar la eficiencia de costes y aumentar el flujo de caja libre para impulsar la rentabilidad de los accionistas. Aun así, la debilidad de los precios del petróleo y el gas podría impulsar una operación transformadora por parte de las grandes petroleras europeas a finales de 2025.
4. El petróleo, el gas y los metales se preparan para precios volátiles
La OPEP+ se enfrenta a otro año difícil intentando mantener el precio del Brent por encima de los 80 USD/bbl por cuarto año consecutivo. Con un sólido suministro de países no pertenecientes a la OPEP, prevemos que el Brent promedie entre 70 y 75 USD/bbl en 2025. Los mercados del gas podrían ajustarse aún más antes de la llegada de nueva capacidad de GNL en 2026, lo que impulsaría los precios al alza y los volvería más volátiles. Los precios del cobre comenzaron 2025 en 4,15 USD/lb, por debajo de los máximos de 2024, pero se espera que repunten hasta un promedio de 4,50 USD/lb debido a que la fuerte demanda estadounidense y china supera la oferta de las nuevas minas.
5. Energía y renovables: un año de innovación acelerada
La lentitud en la tramitación de permisos y la interconexión han frenado durante mucho tiempo el crecimiento de las energías renovables. Hay indicios de que 2025 podría marcar un punto de inflexión. Las reformas alemanas han incrementado las aprobaciones de energía eólica terrestre en un 150 % desde 2022, mientras que las reformas de la FERC estadounidense están empezando a acortar los plazos de interconexión, con algunas ISO implementando la automatización para reducir los estudios de años a meses. La rápida expansión de los centros de datos también está impulsando a los gobiernos, especialmente en EE. UU., a priorizar el suministro de electricidad. Con el tiempo, esto podría restringir los mercados del gas y aumentar los precios de la energía, convirtiéndose en un punto de conflicto político similar al precio de la gasolina antes de las elecciones del año pasado.
A medida que el panorama continúa evolucionando, los actores del sector energético deberán abordar estas oportunidades y riesgos con agilidad para asegurar su futuro en esta era decisiva.

Hora de publicación: 04-jul-2025